Haikus visuales

Mi lenguaje es visual. Miro. Observo. Muchas veces con los ojos cerrados. Otras de reojo. Y algunas mientras duermo. Me inspiro y me siento cómoda expresándome a través de imágenes. Y de una forma entre casual y voluntaria suelo mezclar fotografías en mi mente, las entrelazo para generar un discurso o para definir pensamientos.

Así como un mismo cuadro suscita a cada uno distintos significados, cada una de estas series cuenta más de una historia. Y a la vez, solamente sirve para describir una persona, un momento o una emoción en particular. Figuras, imágenes e instantáneas convertidas en representaciones de la realidad, en proyecciones de un imaginario, en metáforas de la ficción.

Nos han puesto el mundo del revés y nos debatimos entre figuras, suposiciones y la esperanza de volver a caminar.

Es ahora el momento de escribir una gran historia. Entre todos. Con ganas. Sin miedo. Para luego brindar de nuevo.

Agacha solamente la cabeza para coger aire y mirar donde pisas. Para no cruzar fronteras. Para sentir tus pies enraizados en la tierra y sentirte vivo. Y celébralo.

Una mirada desde dentro hacia afuera. ¿Recordabas el sonido del silencio?

Ayer metí la mano en un tarro de sal para recordar la textura de la arena y el olor del mar.

A mi colección de recuerdos he añadido libros releídos, canciones olvidadas, miradas cómplices y momentos de silencio.

Batir las alas en una jaula de cristal.

Enfundarse en una camisa recién planchada para tumbarse en el sofá a leer un buen libro. El lujo en lo mundano.

Hemos pasado a observar proyecciones en vez de la vida real.

Por supuesto, pronto volveremos a estar juntos. Sin incertidumbres. Sin puntos suspensivos.

*Foto Marta by Beatriz Janer

**El resto de imágenes usadas para crear este imaginario son piezas cuya autoría desconozco. Han ayudado a dar luz y han materializado mis ideas y pensamientos.